Verónica Romero y su emprendimiento de tamales
Esta historia hace parte de la serie ‘GLP para la vida’, con la cual la Asociación Colombiana del GLP – GASNOVA le da rostro y nombre propio a los usuarios del GLP que viven en diferentes zonas del país.
En un barrio del poblado de La Victoria, el aroma de los tamales de doña Verónica Romero Castiblanco impregna la cocina mientras quedan listas las 200 unidades que se comprometió a entregar en el Colegio Departamental. A sus 45 años, Verónica es el pilar de su hogar, madre de tres hijos adolescentes, cuya educación y bienestar sostiene con la venta de estos deliciosos envueltos, cocinados con el Gas LP.
Su historia es un testimonio de cómo el Gas LP ha transformado su vida. Rememora con claridad los días de su infancia, cuando su madre, doña Marina, luchaba con una cocina de leña que llenaba la casa de humo denso, afectando la salud de todos. La llegada del gas en pipeta cambió radicalmente su entorno, haciendo la cocina más cómoda y segura.
Para Verónica, el Gas LP no es solo una herramienta para cocinar, sino un aliado vital que le permite sostener su hogar dignamente. Desde su pequeño centro poblado en Cundinamarca, ella es parte de los millones de colombianos que dependen de este servicio esencial, especialmente en áreas donde otros servicios públicos no llegan.
Desde el patio de casero, Verónica contempla con satisfacción el fuego encendido en su estufa de Gas LP. Es consciente de que este combustible no solo calienta sus ollas, sino que también alimenta la esperanza y el bienestar de su familia. En La Victoria, la comunidad se une en torno al calor del Gas LP, un servicio público que es el vínculo que sostiene la vida cotidiana de panaderías, hogares y negocios.